LAS REGLAS DE ORO PARA CONSERVAR
SUS PINTURAS

En este apartado queremos aportar una serie de sugerencias que sirvan de orientación en la conservación de la obra que tratamos en esta memoria.

LUZ E ILUMINACION

El exceso de iluminación es uno de los mayores peligros para la conservación de la pintura. Esto es debido a la radiación ultravioleta presente en la luz solar y artificial que produce la decoloración de los barnices, su craqueladura y descomposición, además de un descenso en la intensidad cromática, degradando los colores y apagando su fuerza. Así que le aconsejamos:

• Evite por cualquier medio (cortinas, etc.) que su pintura esté expuesta a la luz solar directa. Si es necesario plantéese cambiar su ubicación.
• Evite colocar focos que iluminen de forma constante al cuadro. Suponen un aporte de luz y calor indeseable.
• Lo ideal sería iluminar los cuadros de forma indirecta. De esta forma también evitaría los brillos molestos que provoca el barniz protector de la pintura.
• Las pinturas a la acuarela y el pastel tienen que recibir poca luz y nunca directa, (60 lux máximo) ya que la vulnerabilidad de estos colores a la luz es muchísimo mayor que la de los óleos y acrílicos (150 - 200 lux de iluminación aconsejable).

TEMPERATURA Y HUMEDAD

• Hay que tratar de evitar las temperaturas extremas y los cambios bruscos de las mismas. Tenga en cuenta que los lienzos sufren dilataciones y contracciones con estos cambios, que acaban provocando abolsamientos, arrugas y la aparición de craqueladuras en la superficie del cuadro. Un control de la humedad relativa y de la temperatura es aconsejable. En el caso que estamos tratando para pintura de caballete, el nivel óptimo de humedad relativa es del 40 por ciento, considerando una franja aceptable entre el 40 y el 55 por ciento. En cuanto a la temperatura ideal de conservación, giraría en torno a los 19 ºC. Ya que estas condiciones son difíciles de lograr en un hogar doméstico, le aconsejamos como mínimo:
• No coloque pinturas cerca de fuentes de calor intenso (radiadores, chimeneas, etc.).
• No coloque la pintura bajo el flujo directo de un aparato de aire acondicionado, ya sea de frío o de calor.
• La humedad excesiva provoca la aparición de hongos y mohos. Si en su vivienda tiene este problema, no cuelgue el cuadro cerca de estas zonas.
• Otra forma de prevenir los mohos es creando una corriente de ventilación en la trasera del cuadro. La forma de hacer esto es colocando dos pequeñas alcayatas en los extremos inferiores del marco, de forma que el borde inferior de este no toque la pared y permita su ventilación constante.
• No cuelgue una pintura original en un cuarto de baño. Los frecuentes excesos de humedad no tardarán en dañarlo.

HUMOS Y CONTAMINACIÓN

• Trate de evitar la presencia de humo frecuente en la habitación donde esté colocada su pintura. Si no puede, como mínimo:
• No cuelgue el cuadro sobre una chimenea que se use. Es el mejor método de ver como en pocos años se oscurece.
• No coloque un cuadro en la cocina. Los humos y grasas de la cocción se depositaran en la superficie del cuadro.

ENMARCACION Y COLOCACIÓN

• Cuelgue el cuadro cuanto antes. Los cuadros en el suelo quedan bonitos en las fotos de revista, pero es el medio más rápido de que sufran golpes, roces y caídas.
• Las pinturas al pastel, acuarela, témpera y dibujos en general, es indispensable enmarcarlas con un cristal. Si además puede emplear un "paspartout" o fondo de papel, libre de acidez, mejor.
• Los óleos y acrílicos no se suelen enmarcar con cristal, que además puede favorecer la aparición de hongos en zona húmedas y ocasionan brillos y reflejos molestos.

MANTENIMIENTO, LIMPIEZA PERIODICA Y RESTAURACION

• Para la limpieza periódica del cuadro, lo mejor es emplear un plumero suave, que retire el polvo de la superficie.
• Nunca emplee ningún tipo de limpiador doméstico para el cuadro y menos si van en medio acuoso.
• Nunca utilice ninguno de los métodos domésticos "tradicionales" de limpieza (patata, cebolla, etc.). A la larga son desastrosos.
• No emplee los limpia-pinturas que venden en comercios. Se arriesga a quedarse sin cuadro.
• Piense que es menos dañino el polvo y la suciedad que una limpieza demasiado agresiva.
• Confíe la restauración de sus obras a profesionales de prestigio. No haga "experimentos" de los que luego se tenga que arrepentir.